11. Por eso David se quedó en Hebrón, y fue rey de Judá durante siete años y medio.
12. Un día, Abner y los ayudantes de Is-bóset salieron de Mahanaim y fueron a Gabaón,
13. donde había un depósito de agua. Allí se encontraron con Joab hijo de Seruiá y con los ayudantes de David. Como los dos grupos estaban sentados uno frente al otro,
14. Abner desafió a Joab y le dijo:—Deja que tus jóvenes peleen con los míos, para ver quiénes son mejores.Joab aceptó el desafío,
15. y pasaron al frente doce jóvenes de parte de Benjamín y de Is-bóset, y doce de parte de David.
16. Cada uno agarró de la cabeza a su contrario, y le clavó la espada en las costillas, así que todos murieron al mismo tiempo. Desde entonces ese lugar, que está junto a Gabaón, se conoce como «Campo de las espadas».
17. El resto de los soldados comenzó a pelear, y los de David derrotaron a los de Abner.
18. Con Joab estaban sus hermanos Abisai y Asael.
19. Como Asael podía correr muy rápido, comenzó a perseguir a Abner. Y aunque encontraba a otros soldados enemigos, sólo perseguía a Abner.
20. Cuando Abner miró hacia atrás y lo vio, exclamó:—¡Vaya, si eres tú, Asael!Y él le contestó:—¡Y quién más podría ser!
21. Entonces Abner le dijo:—Si lo que quieres es quitarme la espada, te aconsejo que te busques a otro.Asael no le hizo caso, ni dejó de perseguirlo.
22. Por eso Abner volvió a decirle:—Si no dejas de perseguirme, tendré que matarte. ¿Y qué le voy a decir a tu hermano Joab?
23. Pero Asael siguió persiguiéndolo. Entonces Abner le clavó su lanza en el estómago, y lo atravesó de lado a lado.Asael cayó muerto de inmediato, y todos los que llegaban a donde estaba tendido, se detenían a verlo.
24. Entonces Joab y Abisai se fueron tras Abner, y al anochecer llegaron a un cerro llamado Amá, que está frente a Guíah, en el camino al desierto de Gabaón.
25. Allí la gente de Benjamín se le unió a Abner, y se dispusieron a pelear en lo alto del cerro.
26. Pero Abner le gritó a Joab:—Ya no nos matemos unos a otros. Ordénales a tus soldados que dejen de perseguirnos. Al fin de cuentas, somos hermanos, y lo único que vamos a sacar de todo esto es dolor y tristeza.
27. Joab le contestó:—Te juro por Dios que, si no hubieras dicho nada, mis hombres te habrían perseguido, a ti y a los tuyos, hasta el amanecer.
28. Enseguida Joab tocó la trompeta, y sus soldados dejaron de perseguir a los israelitas. A partir de ese momento, dejaron de pelear con ellos.
29. Por su parte, Abner y su ejército caminaron toda esa noche por la llanura de Arabá. Cruzaron el río Jordán por el atajo de Bitrón, y finalmente llegaron a Mahanaim.