8. El rey le dijo a la mujer:—Regresa a tu casa, que yo me ocuparé de tu problema.
9. La mujer le respondió:—¡Pero el problema es mío y de mi familia, y no de Su Majestad ni de su reino!
10. Y el rey le dijo:—Pues si alguien quiere hacerte daño, dímelo y verás que no volverá a molestarte.
11. Ella dijo entonces:—Pídale usted a Dios que nadie mate a mi hijo.El rey contestó:—Te juro por Dios que nada le pasará a tu hijo.