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2 Reyes 4:11-29 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

11. Un día, Eliseo llegó y se quedó a dormir en la habitación que le habían construido.

12-15. Luego le dijo a su sirviente Guehazí:—Esta señora se ha preocupado mucho por nosotros, pregúntale qué podemos hacer por ella. Pregúntale también si quiere que le hablemos bien de ella al rey o al jefe del ejército.Cuando el sirviente de Eliseo se lo preguntó, la mujer contestó:—No me falta nada; vivo tranquila entre mi gente.Cuando Eliseo le preguntó a su sirviente qué podían hacer por ella, Guehazí contestó:—Bueno, ella no tiene hijos y su marido es anciano.Entonces Eliseo le dijo:—Llámala.El sirviente la llamó, y cuando ella llegó, se quedó en la puerta.

16. Eliseo le dijo:—El próximo año, por estas fechas, llevarás en tus brazos un hijo tuyo.La mujer respondió:—Usted es un profeta de Dios y yo soy su servidora. Por favor, no me mienta.

17. Pero la mujer quedó embarazada y al año siguiente tuvo un hijo, tal como le había dicho Eliseo.

18. El niño creció, y un día fue a ver a su padre, que andaba en el campo con sus trabajadores.

19. El niño se quejó, y le gritó a su padre:—¡Ay! ¡Mi cabeza! ¡Me duele la cabeza!El padre le ordenó a un sirviente que llevara al niño a donde estaba su madre.

20. El sirviente lo levantó y se lo llevó a la madre. Ella lo sentó sobre sus rodillas hasta el mediodía, pero a esa hora murió.

21. La madre subió al niño a la habitación del profeta y lo puso sobre la cama. Después salió, cerró la puerta,

22. llamó a su esposo, y le dijo:—Préstame a uno de tus sirvientes, y también una burra. Necesito ir rápidamente a buscar al profeta; enseguida vuelvo.

23. El esposo le preguntó:—¿Por qué vas a ir a verlo? Hoy no es día de fiesta religiosa; tampoco es sábado ni hay luna nueva.La mujer respondió:—Yo sé lo que hago.

24. La mujer ordenó que prepararan la burra, y le dijo a su sirviente:—Apura al animal. Que no se detenga hasta que yo te diga.

25. La mujer partió y fue a ver al profeta, que estaba en el monte Carmelo. Cuando Eliseo la vio, le dijo a su sirviente: «Mira, allá a lo lejos viene la señora del pueblo de Sunem.

26. Corre a recibirla y pregúntale cómo están ella, su marido y su hijo».Cuando Guehazí se lo preguntó, la mujer respondió que estaban bien.

27. Pero cuando ella llegó a donde estaba Eliseo, se arrojó a sus pies. Guehazí entonces se acercó para apartarla, pero Eliseo le dijo:—¡Déjala! Ella está muy, pero muy triste, y Dios no me ha dicho qué sucede.

28. Entonces la mujer le dijo a Eliseo:—¡Yo no le pedí a usted un hijo! ¿Acaso no le dije que no me engañara?

29. Eliseo le ordenó a Guehazí:—Prepárate, toma mi bastón, y ve a donde está el niño. Si te encuentras con alguien en el camino, no lo saludes. Si alguna persona te saluda, no le contestes. Cuando llegues, coloca mi bastón sobre la cara del niño.

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