25-27. Pero David les preguntó a los que estaban cerca de allí:—¿Quién se cree este extranjero, que se atreve a desafiar a los ejércitos de Dios? ¿Qué le darán a quien lo mate y le devuelva la honra a Israel?Y le contestaron a David:—Quien mate a ese atrevido, se casará con la hija del rey Saúl. También recibirá muchas riquezas, y su familia no volverá a pagar impuestos.
28. Cuando Eliab, que era el hermano mayor de David, escuchó la conversación de David con los soldados, se enojó muchísimo y le preguntó a David:—¿A qué viniste? ¿Con quién dejaste tus pocas ovejas en el desierto? Yo sé bien que eres un mentiroso y un malvado. Sólo viniste a ver la batalla.
29. Pero David le respondió:—¿Y ahora qué hice? ¿Qué, ya no puedo ni hablar?
30. Y David se alejó de su hermano, pero fue y le preguntó a otro soldado en cuanto a la recompensa que ofrecía el rey. Y el soldado le repitió lo que ya le habían dicho.
31. Algunos soldados oyeron que David andaba preguntando, y fueron a decírselo a Saúl. Entonces el rey hizo llamar a David,
32. y David le dijo:—No se preocupe Su Majestad. Yo mataré a ese filisteo.
33. Pero Saúl le dijo:—No vas a poder matarlo. Tú eres todavía muy jovencito, y él ha sido guerrero toda su vida.
34. David le contestó:—Yo soy pastor de las ovejas de mi padre. Pero si un león o un oso vienen a llevarse alguna oveja,
35. yo los persigo, los hiero y les quito del hocico la oveja.
36. Y si el león o el oso se me echan encima, yo los golpeo y los mato. Y eso mismo voy a hacer con este filisteo, pues ha desafiado a los ejércitos del Dios vivo.
37. Si Dios me ha librado de las garras de leones y de osos, también me librará de este filisteo.Entonces Saúl le dijo a David:—Anda, pues, y que Dios te acompañe.
38. Enseguida Saúl dio órdenes de que le pusieran a David su propia ropa militar, su armadura de bronce y su casco.