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Juan 5:13-30 Sagradas Escrituras 1569 (SEV)

13. Y el que había sido sanado, no sabía quién fuese; porque Jesús se había apartado de la multitud que estaba en aquel lugar.

14. Después le halló Jesús en el Templo, y le dijo: He aquí, eres ya sano; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.

15. El se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado.

16. Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado.

17. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora obra, y yo obro.

18. Entonces, por tanto, más procuraban los judíos matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también a su Padre llamaba Dios, haciéndose igual a Dios.

19. Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que viere hacer al Padre; porque todo lo que él hace, esto también hace el Hijo juntamente.

20. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará; que vosotros os maravillaréis.

21. Porque como el Padre levanta los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.

22. Porque el Padre a nadie juzga, mas todo el juicio dio al Hijo;

23. para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.

24. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a juicio, mas pasó de muerte a vida.

25. De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que oyeren vivirán.

26. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dio también al Hijo que tuviese vida en sí mismo;

27. y también le dio potestad de hacer juicio, por cuanto es Hijo de hombre.

28. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;

29. y los que hicieron bienes, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron males, a resurrección de juicio.

30. No puedo yo de mí mismo hacer nada; como oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, del Padre.

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