Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Juan 11:40-53 Sagradas Escrituras 1569 (SEV)

40. Jesús le dice: ¿No te he dicho que, si creyeres, verás la gloria de Dios?

41. Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto. Y Jesús, alzando los ojos arriba, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído.

42. Que yo sabía que siempre me oyes; mas por causa de la compañía que está alrededor, lo dije, para que crean que tú me has enviado.

43. Y habiendo dicho estas cosas, clamó a gran voz: Lázaro, ven fuera.

44. Entonces el que había estado muerto, salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario. Les dice Jesús: Desatadle, y dejadle ir.

45. Entonces muchos de los judíos que habían venido a María, y habían visto lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

46. Mas unos de ellos fueron a los fariseos, y les dijeron lo que Jesús había hecho.

47. Y los sumo sacerdotes y los fariseos juntaron concilio, y decían: ¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales.

48. Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y quitarán nuestro lugar y la nación.

49. Y Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote de aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;

50. ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación se pierda.

51. Mas esto no lo dijo de sí mismo; sino que, como era el sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;

52. y no solamente por aquella nación, mas también para que juntase en uno los hijos de Dios que estaban dispersos.

53. Así que, desde aquel día consultaban juntos para matarle.

Leer capítulo completo Juan 11