1. Ciertamente tiempo determinado tiene el hombre sobre la tierra, y sus días son como los días del jornalero.
2. Como el siervo anhela la sombra, y como el jornalero espera el reposo de su trabajo,
3. así poseo yo los meses de vanidad, y las noches de trabajo me dieron por cuenta.
4. Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré? Y mido la noche, y estoy harto de devaneos hasta el alba.
5. Mi carne está vestida de gusanos, y de terrones de polvo; mi piel hendida y abominable.
6. Mis días fueron más ligeros que la lanzadera del tejedor, y fenecieron sin esperanza.