4. que enseñen a las mujeres jóvenes a ser prudentes, a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos;
5. a ser discretas, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos; para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
6. Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;
7. presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en doctrina, mostrando integridad, honestidad, sinceridad,
8. palabra sana, e irreprochable; para que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.
9. Exhorta a los siervos a ser obedientes a sus amos, y a que les agraden en todo; que no sean respondones;
10. no defraudando, sino mostrando toda buena lealtad; para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.
11. Porque la gracia de Dios que trae salvación se ha manifestado a todos los hombres,
12. enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a las concupiscencias mundanas, vivamos en este presente mundo, sobria, justa y piadosamente.
13. Aguardando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
14. quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y purificar para sí un pueblo peculiar, celoso de buenas obras.