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Romanos 9:3-19 Reina Valera Gómez (RVG)

3. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por mis hermanos, los que son mis parientes según la carne,

4. que son israelitas, de los cuales es la adopción, y la gloria, y el pacto, y el dar de la ley, y el servicio a Dios y las promesas;

5. de quienes son los padres, y de los cuales vino Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por siempre. Amén.

6. No como si la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que son de Israel son israelitas;

7. ni por ser simiente de Abraham, son todos hijos; sino que: En Isaac te será llamada descendencia.

8. Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos de la promesa son contados por simiente.

9. Porque la palabra de la promesa es ésta: A este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.

10. Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre

11. (aunque aún no habían nacido sus hijos, ni habían hecho bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras de la ley sino por el que llama),

12. le fue dicho a ella: El mayor servirá al menor.

13. Como está escrito: A Jacob amé; mas a Esaú aborrecí.

14. ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? ¡En ninguna manera!

15. Porque a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia; y me compadeceré del que yo me compadezca.

16. Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

17. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y que mi nombre sea predicado por toda la tierra.

18. De manera que del que quiere tiene misericordia; y al que quiere endurecer, endurece.

19. Me dirás entonces: ¿Por qué, pues, inculpa? porque, ¿quién ha resistido a su voluntad?

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