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Romanos 9:2-11 Reina Valera Gómez (RVG)

2. Que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.

3. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por mis hermanos, los que son mis parientes según la carne,

4. que son israelitas, de los cuales es la adopción, y la gloria, y el pacto, y el dar de la ley, y el servicio a Dios y las promesas;

5. de quienes son los padres, y de los cuales vino Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por siempre. Amén.

6. No como si la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que son de Israel son israelitas;

7. ni por ser simiente de Abraham, son todos hijos; sino que: En Isaac te será llamada descendencia.

8. Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos de la promesa son contados por simiente.

9. Porque la palabra de la promesa es ésta: A este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.

10. Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre

11. (aunque aún no habían nacido sus hijos, ni habían hecho bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras de la ley sino por el que llama),

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