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Mateo 27:42-59 Reina Valera Gómez (RVG)

42. A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar. Si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en Él.

43. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere, porque ha dicho: Yo soy el Hijo de Dios.

44. Los ladrones que estaban crucificados con Él, también le injuriaban.

45. Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.

46. Y cerca de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

47. Y algunos de los que estaban allí, oyéndolo, decían: A Elías llama Éste.

48. Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio de beber.

49. Y los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle.

50. Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.

51. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló, y las piedras se partieron:

52. Y los sepulcros fueron abiertos, y muchos cuerpos de los santos que habían dormido, se levantaron;

53. y saliendo de los sepulcros, después de su resurrección, vinieron a la santa ciudad y aparecieron a muchos.

54. Y el centurión y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente Éste era el Hijo de Dios.

55. Y muchas mujeres estaban allí mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole.

56. Entre las cuales estaban María Magdalena, y María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

57. Y cayendo la tarde, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, el cual también era discípulo de Jesús.

58. Éste fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que el cuerpo le fuese entregado.

59. Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sabana limpia,

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