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Juan 6:50-64 Reina Valera Gómez (RVG)

50. Éste es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere, no muera.

51. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

52. Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede Éste darnos a comer su carne?

53. Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.

54. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

55. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

56. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.

57. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, así el que me come, él también vivirá por mí.

58. Éste es el pan que descendió del cielo: No como vuestros padres que comieron el maná, y murieron; el que come de este pan vivirá eternamente.

59. Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaúm.

60. Entonces muchos de sus discípulos al oírlo, dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?

61. Y sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza?

62. ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?

63. El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

64. Mas hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le iba a entregar.

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