8. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda.
9. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era sábado aquel día.
10. Entonces los judíos decían a aquel que había sido sanado: Sábado es; no te es lícito llevar tu lecho.
11. Él les respondió: El que me sanó, Él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.
12. Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?
13. Y el que había sido sanado no sabía quién fuese; porque Jesús se había apartado de la multitud que estaba en aquel lugar.
14. Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, no sea que te venga alguna cosa peor.
15. El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado.
16. Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado.
17. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
18. Por esto, más procuraban los judíos matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también decía que Dios era su Padre, haciéndose igual a Dios.
19. Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que Él hace, eso también hace el Hijo igualmente.
20. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que Él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, de manera que vosotros os maravilléis.
21. Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida; así también el Hijo a los que quiere da vida.
22. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo juicio encomendó al Hijo;
23. para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
24. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
25. De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que oyeren vivirán.
26. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;