Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Juan 5:3-16 Reina Valera Gómez (RVG)

3. En éstos yacía gran multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que esperaban el movimiento del agua.

4. Porque un ángel descendía a cierto tiempo al estanque y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.

5. Y estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.

6. Cuando Jesús le vio postrado, y entendió que hacía mucho tiempo que estaba enfermo, le dijo: ¿Quieres ser sano?

7. Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; pues entre tanto que yo vengo, otro desciende antes que yo.

8. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda.

9. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era sábado aquel día.

10. Entonces los judíos decían a aquel que había sido sanado: Sábado es; no te es lícito llevar tu lecho.

11. Él les respondió: El que me sanó, Él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.

12. Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?

13. Y el que había sido sanado no sabía quién fuese; porque Jesús se había apartado de la multitud que estaba en aquel lugar.

14. Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, no sea que te venga alguna cosa peor.

15. El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado.

16. Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado.

Leer capítulo completo Juan 5