6. Y cuando le vieron los príncipes de los sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo falta en Él.
7. Los judíos respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo el Hijo de Dios.
8. Y cuando Pilato oyó estas palabras, tuvo más miedo.
9. Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Pero Jesús no le dio respuesta.
10. Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo potestad para crucificarte, y que tengo potestad para soltarte?
11. Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
12. Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a Éste sueltas, no eres amigo de César; cualquiera que se hace rey, se declara contra César.
13. Entonces Pilato oyendo este dicho, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar que es llamado el Enlosado, y en hebreo, Gabata.