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Juan 18:9-27 Reina Valera Gómez (RVG)

9. para que se cumpliese la palabra que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno.

10. Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó, e hirió a un siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.

11. Entonces Jesús dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que mi Padre me ha dado, ¿no la he de beber?

12. Entonces la compañía y el tribuno y alguaciles de los judíos, prendieron a Jesús, y le ataron.

13. y le llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, que era el sumo sacerdote aquel año.

14. Y Caifás era el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un hombre muriese por el pueblo.

15. Y Simón Pedro seguía a Jesús, y también otro discípulo; y aquel discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote.

16. Mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Entonces salió aquel discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la criada que guardaba la puerta, y metió dentro a Pedro.

17. Entonces la criada que guardaba la puerta, dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Él dijo: No soy.

18. Y los siervos y los alguaciles que habían encendido unas brasas, porque hacía frío, estaban de pie y se calentaban; y Pedro también estaba con ellos de pie, calentándose.

19. Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.

20. Jesús le respondió: Yo manifiestamente he hablado al mundo; yo siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde siempre se reúnen los judíos, y nada he hablado en oculto.

21. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que me han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho.

22. Y cuando Él hubo dicho esto, uno de los alguaciles que estaba allí, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?

23. Le respondió Jesús: Si he hablado mal, da testimonio del mal; y si bien, ¿por qué me hieres?

24. Entonces Anás le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.

25. Y estaba Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú también uno de sus discípulos? Él negó, y dijo: No soy.

26. Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquél a quien Pedro había cortado la oreja, le dijo: ¿No te vi yo en el huerto con Él?

27. Y Pedro negó otra vez; y en seguida cantó el gallo.

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