9. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también mis manos y mi cabeza.
10. Le dijo Jesús: El que ha sido lavado, no necesita sino que lave sus pies, porque está todo limpio; y vosotros sois limpios, aunque no todos.
11. Pues Él sabía quién le iba a entregar, por eso dijo: No sois limpios todos.
12. Así que, después que les hubo lavado los pies, y que hubo tomado su túnica, se sentó otra vez, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?