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Juan 11:44-55 Reina Valera Gómez (RVG)

44. Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.

45. Entonces muchos de los judíos que habían venido a María, y habían visto lo que hizo Jesús, creyeron en Él.

46. Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho.

47. Entonces los príncipes de los sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchos milagros.

48. Si le dejamos así, todos creerán en Él; y vendrán los romanos y nos quitarán nuestro lugar y nuestra nación.

49. Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;

50. ni consideráis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.

51. Y esto no lo dijo de sí mismo; sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;

52. y no solamente por aquella nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.

53. Así que, desde aquel día consultaban juntos para matarle.

54. Por tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos, sino que se fue de allí a la tierra que está junto al desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con sus discípulos.

55. Y la pascua de los judíos estaba cerca; y muchos de aquella tierra subieron a Jerusalén antes de la pascua, para purificarse.

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