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1 Timoteo 1:5-15 Reina Valera Gómez (RVG)

5. Pues el fin del mandamiento es el amor de corazón puro, y de buena conciencia, y de fe no fingida,

6. de lo cual desviándose algunos, se apartaron a vanas palabrerías;

7. queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan, ni lo que afirman.

8. Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente;

9. sabiendo esto, que la ley no es puesta para el justo, sino para los injustos y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los malos y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,

10. para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cualquier otra cosa que sea contraria a la sana doctrina;

11. según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.

12. Y doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor; porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio;

13. habiendo yo sido antes blasfemo, y perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.

14. Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.

15. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos; que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

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