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Salmos 32:4-11 Reina Valera Gómez (RVG)

4. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; mi verdor se volvió en sequedades de estío. (Selah)

5. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Selah)

6. Por esto orará a ti todo santo en el tiempo de poder hallarte: Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.

7. Tú eres mi refugio; me guardarás de angustia: Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah)

8. Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar: Sobre ti fijaré mis ojos.

9. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento: Cuya boca ha de ser sujetada con cabestro y con freno, para que no lleguen a ti.

10. Muchos dolores habrá para el impío; mas al que confía en Jehová, le rodeará misericordia.

11. Alegraos en Jehová, y gozaos, justos; dad voces de júbilo todos vosotros los rectos de corazón.

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