Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 30:7-12 Reina Valera Gómez (RVG)

7. porque tú, Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fui conturbado.

8. A ti, oh Jehová, clamaré; y al Señor suplicaré.

9. ¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al sepulcro? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?

10. Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí: Jehová, sé tú mi ayudador.

11. Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.

12. Por tanto a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.

Leer capítulo completo Salmos 30