38. y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que sacrificaron a los ídolos de Canaán; y la tierra fue contaminada con sangre.
39. Así se contaminaron con sus obras, y se prostituyeron con sus hechos.
40. Por tanto, la ira de Jehová se encendió contra su pueblo, tanto, que aborreció a su propia heredad;
41. y los entregó en poder de las naciones, y se enseñorearon de ellos los que los aborrecían.
42. Y sus enemigos los oprimieron, y fueron quebrantados debajo de su mano.
43. Muchas veces los libró; mas ellos se rebelaron contra su consejo y fueron humillados por su iniquidad.