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Levítico 14:29-37 Reina Valera Gómez (RVG)

29. Y lo que sobrare del aceite que el sacerdote tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que ha de ser purificado, para reconciliarlo delante de Jehová.

30. Asimismo ofrecerá una de las tórtolas, o de los palominos, lo que alcanzare su mano:

31. El uno de lo que alcanzare su mano, en expiación por el pecado, y el otro en holocausto, además de la ofrenda: y hará el sacerdote expiación por el que se ha de purificar, delante de Jehová.

32. Ésta es la ley del que hubiere tenido plaga de lepra, cuya mano no alcanzare lo prescrito para purificarse.

33. Y habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:

34. Cuando hubieres entrado en la tierra de Canaán, la cual yo os doy en posesión, y pusiere yo plaga de lepra en alguna casa de la tierra de vuestra posesión,

35. vendrá el dueño de aquella casa, y dará aviso al sacerdote, diciendo: Como plaga ha aparecido en mi casa.

36. Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa, antes que el sacerdote entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que estuviere en la casa: y después el sacerdote entrará a reconocer la casa:

37. Y mirará la plaga; y si la plaga estuviere en las paredes de la casa con cavidades verdosas o rojizas, las cuales parecieren más hundidas que la pared,

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