7. Acuérdate que mi vida es un soplo, y que mis ojos no volverán a ver el bien.
8. Los ojos de los que me ven, no me verán más; fijarás en mí tus ojos, y dejaré de ser.
9. Como la nube se desvanece, y se va; así el que desciende al sepulcro ya no subirá;
10. No volverá más a su casa, ni su lugar le conocerá más.
11. Por tanto yo no refrenaré mi boca; hablaré en la angustia de mi espíritu, y me quejaré con la amargura de mi alma.
12. ¿Soy yo el mar, o ballena, para que me pongas guarda?
13. Cuando digo: Me consolará mi cama, mi lecho atenuará mis quejas;
14. Entonces me aterras con sueños, y me turbas con visiones.
15. Y así mi alma tuvo por mejor el estrangulamiento y la muerte, más que la vida.