20. ¿Le intimidarás tú como a alguna langosta? El resoplido de su nariz es formidable:
21. Escarba la tierra, se alegra en su fuerza, sale al encuentro de las armas:
22. Hace burla del espanto, y no teme, ni vuelve el rostro delante de la espada.
23. Contra él suena la aljaba, el hierro de la lanza y de la jabalina;
24. Y él con ímpetu y furor escarba la tierra, sin importarle el sonido de la trompeta;
25. Antes como que dice entre los clarines: ¡Ea! Y desde lejos huele la batalla, el grito de los capitanes, y el vocerío.