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Job 31:26-33 Reina Valera Gómez (RVG)

26. Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, y me lo ceñiría como una corona.

27. y mi corazón se engañó en secreto, y mi boca besó mi mano:

28. Esto también sería maldad que debiera ser castigada por el juez; porque habría negado al Dios soberano.

29. Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, y me regocijé cuando le halló el mal

30. (Ni aun permití que mi lengua pecase, pidiendo maldición para su alma);

31. si los siervos de mi morada no decían: ¡Oh que nos diese de su carne, pues no estamos saciados!

32. El extranjero no pasaba fuera la noche; mis puertas abría al caminante.

33. ¿Acaso encubrí, como Adán mis transgresiones, escondiendo en mi seno mi iniquidad,

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