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Job 31:22-34 Reina Valera Gómez (RVG)

22. mi hombro se caiga de mi espalda, y mi brazo sea quebrado de mi antebrazo.

23. Porque temí el castigo de Dios, contra cuya alteza yo no tendría poder.

24. Si puse en el oro mi esperanza, y dije al oro: Mi confianza eres tú;

25. Si me alegré de que mi riqueza era grande, y de que mi mano había adquirido mucho;

26. Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, y me lo ceñiría como una corona.

27. y mi corazón se engañó en secreto, y mi boca besó mi mano:

28. Esto también sería maldad que debiera ser castigada por el juez; porque habría negado al Dios soberano.

29. Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, y me regocijé cuando le halló el mal

30. (Ni aun permití que mi lengua pecase, pidiendo maldición para su alma);

31. si los siervos de mi morada no decían: ¡Oh que nos diese de su carne, pues no estamos saciados!

32. El extranjero no pasaba fuera la noche; mis puertas abría al caminante.

33. ¿Acaso encubrí, como Adán mis transgresiones, escondiendo en mi seno mi iniquidad,

34. porque tuve temor de la gran multitud, y el menosprecio de las familias me atemorizó, y callé, y no salí de mi puerta?

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