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Job 3:7-19 Reina Valera Gómez (RVG)

7. ¡Oh que fuera aquella noche solitaria, que no viniera canción alguna en ella!

8. Maldíganla los que maldicen el día, los que se aprestan para levantar su llanto.

9. Oscurézcanse las estrellas de su alba; espere la luz, y no venga, ni vea los párpados de la mañana:

10. Por cuanto no cerró las puertas del vientre de mi madre, ni escondió de mis ojos la miseria.

11. ¿Por qué no morí yo en la matriz, o entregué el espíritu al salir del vientre?

12. ¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y para qué los pechos para que mamase?

13. Pues ahora yacería yo, y reposaría; dormiría, y entonces tendría reposo,

14. con los reyes y con los consejeros de la tierra, que edifican para sí lugares desolados;

15. o con los príncipes que poseían el oro, que llenaban sus casas de plata.

16. O ¿por qué no fui escondido como abortado, como los pequeñitos que nunca vieron la luz?

17. Allí los impíos dejan de perturbar, y allí descansan los de agotadas fuerzas.

18. Allí reposan juntos los cautivos; no oyen la voz del opresor.

19. Allí están el chico y el grande; y el siervo es libre de su señor.

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