Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Job 10:7-21 Reina Valera Gómez (RVG)

7. Tú sabes que no soy impío, y que no hay quien libre de tu mano.

8. Tus manos me hicieron y me formaron, ¿y luego te vuelves y me deshaces?

9. Acuérdate ahora que como a barro me diste forma: ¿Y en polvo me has de tornar?

10. ¿No me vaciaste como leche, y como queso me cuajaste?

11. Me vestiste de piel y carne, y me rodeaste de huesos y nervios.

12. Vida y misericordia me concediste, y tu cuidado guardó mi espíritu.

13. Estas cosas has guardado en tu corazón; yo sé que están cerca de ti.

14. Si peco, tú me observas, y no me tienes por limpio de mi iniquidad.

15. Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza. Estoy hastiado de afrenta, por tanto, mira tú mi aflicción.

16. Si levanto mi cabeza, me cazas como a león, y vuelves a mostrarte maravilloso sobre mí.

17. Renuevas contra mí tus pruebas, y aumentas conmigo tu furor como tropas de relevo.

18. ¿Por qué me sacaste de la matriz? Hubiera yo entregado el espíritu, y ningún ojo me habría visto.

19. Fuera como si nunca hubiera existido, llevado del vientre a la sepultura.

20. ¿No son pocos mis días? Cesa, pues, y déjame, para que me conforte un poco.

21. Antes que vaya para no volver, a la tierra de tinieblas y de sombra de muerte;

Leer capítulo completo Job 10