23. Y dijiste a tus siervos: Si vuestro hermano menor no descendiere con vosotros, no veréis más mi rostro.
24. Aconteció, pues, que cuando llegamos a mi padre, tu siervo, le contamos las palabras de mi señor.
25. Y dijo nuestro padre: Volved a comprarnos un poco de alimento.
26. Y nosotros respondimos: No podemos ir: si nuestro hermano va con nosotros, iremos; porque no podemos ver el rostro del varón, al menos que nuestro hermano el menor esté con nosotros.
27. Entonces tu siervo mi padre nos dijo: Vosotros sabéis que mi esposa me dio a luz dos hijos;
28. Y el uno salió de conmigo, y pienso de cierto que fue despedazado, y hasta ahora no le he visto;
29. Y si tomareis también éste de delante de mí, y le aconteciere algún desastre, haréis descender mis canas con dolor a la sepultura.
30. Ahora, pues, cuando llegare yo a tu siervo mi padre, y el joven no fuere conmigo, como su alma está ligada al alma de él,
31. sucederá que cuando no vea al joven, morirá; y tus siervos harán descender las canas de tu siervo nuestro padre con dolor a la sepultura.
32. Como tu siervo salió por fiador del joven con mi padre, diciendo: Si no te lo volviere, entonces yo seré culpable ante mi padre todos los días.
33. Te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos.
34. Porque ¿cómo iré yo a mi padre sin el joven? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre.