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Ezequiel 43:1-8 Reina Valera Gómez (RVG)

1. Luego me llevó a la puerta, a la puerta que mira hacia el oriente;

2. y he aquí la gloria del Dios de Israel, que venía del oriente; y su voz era como el sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria.

3. Y el aspecto de la visión que vi era como aquella visión que vi cuando vine para destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión que vi junto al río de Quebar; y caí sobre mi rostro.

4. Y la gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta que daba hacia el oriente.

5. Y me alzó el Espíritu, y me metió en el atrio de adentro; y he aquí que la gloria de Jehová llenó la casa.

6. Y oí a uno que me hablaba desde la casa; y el varón estaba junto a mí,

7. y me dijo: Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono, y el lugar de las plantas de mis pies, en el cual habitaré en medio de los hijos de Israel para siempre; y nunca más profanará la casa de Israel mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus fornicaciones, ni con los cuerpos muertos de sus reyes en sus lugares altos.

8. Porque al poner ellos su umbral junto a mi umbral, y su poste junto a mi poste, y sólo una pared entre ellos y yo, así han contaminado mi santo nombre con las abominaciones que han hecho; por tanto los consumí en mi furor.

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