Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Éxodo 9:10-21 Reina Valera Gómez (RVG)

10. Y tomaron la ceniza del horno, y se pusieron delante de Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y vino un sarpullido que causaba úlceras así en los hombres como en las bestias.

11. Y los encantadores no podían estar delante de Moisés a causa del sarpullido, porque hubo sarpullido en los encantadores y en todos los egipcios.

12. Y Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó; como Jehová lo había dicho a Moisés.

13. Entonces Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.

14. Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos, y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra.

15. Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte a ti y a tu pueblo de pestilencia, y serás quitado de la tierra.

16. Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea contado en toda la tierra.

17. ¿Todavía te ensalzas tú contra mi pueblo, para no dejarlos ir?

18. He aquí que mañana a estas horas yo haré llover granizo muy grave, cual nunca fue en Egipto, desde el día que se fundó hasta ahora.

19. Envía, pues, a recoger tu ganado, y todo lo que tienes en el campo; porque todo hombre o animal que se hallare en el campo, y no fuere recogido a casa, el granizo descenderá sobre él, y morirá.

20. De los siervos de Faraón el que temió la palabra de Jehová, hizo huir sus criados y su ganado a casa:

21. Mas el que no puso en su corazón la palabra de Jehová, dejó sus criados y sus ganados en el campo.

Leer capítulo completo Éxodo 9