8. Sea notorio al rey, que fuimos a la provincia de Judea, a la casa del gran Dios, la cual se edifica de piedras grandes; y los maderos son puestos en las paredes, y la obra se hace aprisa, y prospera en sus manos.
9. Entonces preguntamos a los ancianos, diciéndoles así: ¿Quién os dio mandamiento para edificar esta casa, y para restablecer estos muros?
10. Y también les preguntamos sus nombres para hacértelo saber, para escribirte los nombres de los varones que eran los jefes de ellos.