Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Deuteronomio 32:11-21 Reina Valera Gómez (RVG)

11. Como el águila despierta su nidada, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus alas.

12. Jehová solo le guió, y con él no hubo dios ajeno.

13. Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, y comió los frutos del campo, e hizo que chupase miel de la peña, y aceite del duro pedernal;

14. mantequilla de vacas y leche de ovejas, con grosura de corderos, y carneros de Basán; también machos cabríos, con lo mejor del trigo; y bebiste la sangre pura de la uva.

15. Pero engordó Jesurún, y dio coces; Engordaste, te cubriste de grasa: Entonces dejó al Dios que lo hizo, y menospreció a la Roca de su salvación.

16. Lo provocaron a celos con dioses ajenos; con abominaciones lo provocaron a ira.

17. Ofrecieron sacrificio a los demonios, no a Dios; a dioses que no habían conocido, a nuevos dioses venidos de cerca, que no habían temido vuestros padres.

18. De la Roca que te creó te olvidaste: Te has olvidado de Dios tu Creador.

19. Y lo vio Jehová, y se encendió en ira, por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas.

20. Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro, veré cuál será su fin; pues son una generación perversa, hijos sin fe.

21. Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios; me provocaron a ira con sus vanidades: Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, los provocaré a ira con una nación insensata.

Leer capítulo completo Deuteronomio 32