Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Deuteronomio 10:10-22 Reina Valera Gómez (RVG)

10. Y yo estuve en el monte como los primeros días, cuarenta días y cuarenta noches; y Jehová me escuchó también esta vez, y no quiso Jehová destruirte.

11. Y me dijo Jehová: Levántate, anda, para que vayas delante del pueblo, para que entren y posean la tierra que juré a sus padres que les había de dar.

12. Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma;

13. que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy para tu bien?

14. He aquí, de Jehová tu Dios es el cielo, y el cielo de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella.

15. Solamente de tus padres se agradó Jehová para amarlos, y escogió su simiente después de ellos, a vosotros, de entre todos los pueblos, como en este día.

16. Circuncidad pues el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.

17. Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses, y Señor de señores, Dios grande, poderoso y terrible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho;

18. Que hace justicia al huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido.

19. Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros fuisteis vosotros en tierra de Egipto.

20. A Jehová tu Dios temerás, a Él servirás, a Él seguirás, y por su nombre jurarás.

21. Él es tu alabanza, y Él es tu Dios, que ha hecho contigo estas grandes y terribles cosas que tus ojos han visto.

22. Con setenta almas descendieron tus padres a Egipto; y ahora Jehová te ha hecho como las estrellas del cielo en multitud.

Leer capítulo completo Deuteronomio 10