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Daniel 8:3-14 Reina Valera Gómez (RVG)

3. Y alcé mis ojos, y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, el cual tenía dos cuernos; y los dos cuernos eran altos, pero uno era más alto que el otro; y el más alto subió a la postre.

4. Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte, y al sur, y que ninguna bestia podía mantenerse de pie delante de él, ni había quien librara de su mano; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía.

5. Y mientras yo consideraba, he aquí un macho cabrío venía de la parte del poniente sobre la faz de toda la tierra, el cual no tocaba la tierra; y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus ojos.

6. Y vino hasta el carnero que tenía los dos cuernos, al cual yo había visto que estaba delante del río, y corrió contra él con la ira de su poder.

7. Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra él, y lo hirió, y quebró sus dos cuernos, porque en el carnero no había fuerzas para pararse delante de él; lo derribó por tanto en tierra, y lo pisoteó; y no hubo quien librase al carnero de su mano.

8. Y el macho cabrío se engrandeció en gran manera; y estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar subieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo.

9. Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, el cual creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa.

10. Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó.

11. Aun contra el príncipe de la fortaleza se engrandeció, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra.

12. Y el ejército le fue entregado a causa de la prevaricación sobre el continuo sacrificio; y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó.

13. Y oí a un santo que hablaba; y otro de los santos dijo a aquél que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora que pone el santuario y el ejército para ser hollados?

14. Y él me dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; y el santuario será purificado.

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