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2 Reyes 9:3-13 Reina Valera Gómez (RVG)

3. Toma luego el frasco de aceite, y derrámalo sobre su cabeza, y di: Así dijo Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel. Y abriendo la puerta, echa a huir, y no esperes.

4. Fue, pues, el siervo, el siervo del profeta, a Ramot de Galaad.

5. Y como él entró, he aquí los príncipes del ejército que estaban sentados. Y él dijo: Príncipe, una palabra tengo que decirte. Y Jehú dijo: ¿A cuál de todos nosotros? Y él dijo: A ti, príncipe.

6. Y él se levantó, y entró en casa; y el otro derramó el aceite sobre su cabeza, y le dijo: Así dijo Jehová Dios de Israel: Yo te he ungido por rey sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel.

7. Y herirás la casa de Acab tu señor, para que yo vengue la sangre de mis siervos los profetas, y la sangre de todos los siervos de Jehová, de la mano de Jezabel.

8. Y perecerá toda la casa de Acab, y talaré de Acab todo meante a la pared, así al siervo como al libre en Israel.

9. Y yo pondré la casa de Acab como la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de Baasa hijo de Ahías.

10. Y a Jezabel la comerán los perros en el campo de Jezreel, y no habrá quien la sepulte. En seguida abrió la puerta, y huyó.

11. Después salió Jehú a los siervos de su señor, y le dijeron: ¿Todo está bien? ¿Para qué entró a ti aquel loco? Y él les dijo: Vosotros conocéis al hombre y sus palabras.

12. Y ellos dijeron: Mentira; decláranoslo ahora. Y él dijo: Así y así me habló, diciendo: Así dice Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel.

13. Entonces se apresuraron y cada uno tomó su ropa y la puso debajo de él, sobre las gradas, y tocaron trompeta, y dijeron: Jehú es rey.

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