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2 Reyes 3:14-27 Reina Valera Gómez (RVG)

14. Y Eliseo dijo: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que si no tuviese respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no mirara a ti, ni te viera.

15. Mas ahora traedme un tañedor. Y sucedió que mientras el tañedor tocaba, la mano de Jehová vino sobre Eliseo.

16. Y dijo: Así dice Jehová: Haced en este valle muchas acequias.

17. Porque así dice Jehová: No veréis viento, ni veréis lluvia, y este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias, y vuestros ganados.

18. Y esto es cosa ligera en los ojos de Jehová; dará también a los moabitas en vuestras manos.

19. Y vosotros destruiréis toda ciudad fortificada y a toda villa hermosa, y talaréis todo buen árbol, y cegaréis todas las fuentes de aguas, y destruiréis con piedras toda tierra fértil.

20. Y aconteció que por la mañana, cuando se ofrece el sacrificio, he aquí vinieron aguas por el camino de Idumea, y la tierra fue llena de aguas.

21. Y todos los de Moab, como oyeron que los reyes subían a pelear contra ellos, se juntaron todos desde los que apenas podían ceñirse la armadura en delante, y se pusieron en la frontera.

22. Y cuando se levantaron temprano por la mañana, y brilló el sol sobre las aguas, vieron los moabitas desde lejos las aguas rojas como sangre;

23. y dijeron: ¡Esto es sangre de espada! Los reyes se han vuelto uno contra el otro y cada uno ha dado muerte a su compañero. Ahora, pues, ¡Moab, al despojo!

24. Mas cuando llegaron al campamento de Israel, se levantaron los israelitas e hirieron a los de Moab, los cuales huyeron delante de ellos; pero ellos los persiguieron aun hasta su país, matando a los moabitas.

25. Y asolaron las ciudades, y en todas las heredades fértiles echó cada uno su piedra, y las llenaron; cegaron también todas las fuentes de las aguas, y derribaron todos los buenos árboles; hasta que en Kir-hareset solamente dejaron sus piedras; porque los honderos la rodearon, y la hirieron.

26. Y cuando el rey de Moab vio que la batalla lo vencía, tomó consigo setecientos hombres que sacaban espada, para abrir brecha contra el rey de Idumea; mas no pudieron.

27. Entonces arrebató a su primogénito que había de reinar en su lugar, y le sacrificó en holocausto sobre el muro. Y hubo grande enojo contra Israel; y se retiraron de él, y se volvieron a su tierra.

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