Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Juan 4:8-25 Reina-Valera Antigua (RVES)

8. (Porque sus discípulos habían ido á la ciudad á comprar de comer.)

9. Y la mujer Samaritana le dice: ¿Cómo tú, siendo Judío, me pides á mí de beber, que soy mujer Samaritana? porque los Judíos no se tratan con los Samaritanos.

10. Respondió Jesús y díjole: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber: tú pedirías de él, y él te daría agua viva.

11. La mujer le dice: Señor, no tienes con qué sacar la, y el pozo es hondo: ¿de dónde, pues, tienes el agua viva?

12. ¿Eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dió este pozo, del cual él bebió, y sus hijos, y sus ganados?

13. Respondió Jesús y díjole: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá á tener sed;

14. Mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

15. La mujer le dice: Señor, dame esta agua, para que no tenga sed, ni venga acá á sacar la.

16. Jesús le dice: Ve, llama á tu marido, y ven acá.

17. Respondió la mujer, y dijo: No tengo marido. Dícele Jesús: Bien has dicho, No tengo marido;

18. Porque cinco maridos has tenido: y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.

19. Dícele la mujer: Señor, paréceme que tú eres profeta.

20. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalem es el lugar donde es necesario adorar.

21. Dícele Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalem adoraréis al Padre.

22. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos: porque la salud viene de los Judíos.

23. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que adoren.

24. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

25. Dícele la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo: cuando él viniere nos declarará todas las cosas.

Leer capítulo completo Juan 4