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Hechos 21:8-24 Reina-Valera Antigua (RVES)

8. Y otro día, partidos Pablo y los que con él estábamos, vinimos á Cesarea: y entrando en casa de Felipe el evangelista, él cual era uno de los siete, posamos con él.

9. Y éste tenía cuatro hijas, doncellas, que profetizaban.

10. Y parando nosotros allí por muchos días, descendió de Judea un profeta, llamado Agabo;

11. Y venido á nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los Judíos en Jerusalem al varón cuyo es este cinto, y le entregarán en manos de los Gentiles.

12. Lo cual como oímos, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese á Jerusalem.

13. Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y afligiéndome el corazón? porque yo no sólo estoy presto á ser atado, mas aun á morir en Jerusalem por el nombre del Señor Jesús.

14. Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.

15. Y después de estos días, apercibidos, subimos á Jerusalem.

16. Y vinieron también con nosotros de Cesarea algunos de los discípulos, trayendo consigo á un Mnasón, Cyprio, discípulo antiguo, con el cual posásemos.

17. Y cuando llegamos á Jerusalem, los hermanos nos recibieron de buena voluntad.

18. Y al día siguiente Pablo entró con nosotros á Jacobo, y todos los ancianos se juntaron;

19. A los cuales, como los hubo saludado, contó por menudo lo que Dios había hecho entre los Gentiles por su ministerio.

20. Y ellos como lo oyeron, glorificaron á Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de Judíos hay que han creído; y todos son celadores de la ley:

21. Mas fueron informados acerca de ti, que enseñas á apartarse de Moisés á todos los Judíos que están entre los Gentiles, diciéndoles que no han de circuncidar á los hijos, ni andar según la costumbre.

22. ¿Qué hay pues? La multitud se reunirá de cierto: porque oirán que has venido.

23. Haz pues esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen voto sobre sí:

24. Tomando á éstos contigo, purifícate con ellos, y gasta con ellos, para que rasuren sus cabezas, y todos entiendan que no hay nada de lo que fueron informados acerca de ti; sino que tú también andas guardando la ley.

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