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Hechos 2:26-40 Reina-Valera Antigua (RVES)

26. Por lo cual mi corazón se alegró, y gozóse mi lengua; Y aun mi carne descansará en esperanza;

27. Que no dejarás mi alma en el infierno, Ni darás á tu Santo que vea corrupción.

28. Hicísteme notorios los caminos de la vida; Me henchirás de gozo con tu presencia.

29. Varones hermanos, se os puede libremente decir del patriarca David, que murió, y fué sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta del día de hoy.

30. Empero siendo profeta, y sabiendo que con juramento le había Dios jurado que del fruto de su lomo, cuanto á la carne, levantaría al Cristo que se sentaría sobre su trono;

31. Viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fué dejada en el infierno, ni su carne vió corrupción.

32. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

33. Así que, levantado por la diestra de Dios, y recibiendo del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

34. Porque David no subió á los cielos; empero él dice: Dijo el Señor á mi Señor: Siéntate á mi diestra,

35. Hasta que ponga á tus enemigos por estrado de tus pies.

36. Sepa pues ciertísimamente toda la casa de Israel, que á éste Jesús que vosotros crucificasteis, Dios ha hecho Señor y Cristo.

37. Entonces oído esto, fueron compungidos de corazón, y dijeron á Pedro y á los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

38. Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

39. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

40. Y con otras muchas palabras testificaba y exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.

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