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Hechos 2:18-34 Reina-Valera Antigua (RVES)

18. Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

19. Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo:

20. El sol se volverá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto;

21. Y será que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

22. Varones Israelitas, oid estas palabras: Jesús Nazareno, varón aprobado de Dios entre vosotros en maravillas y prodigios y señales, que Dios hizo por él en medio de vosotros, como también vosotros sabéis;

23. A éste, entregado por determinado consejo y providencia de Dios, prendisteis y matasteis por manos de los inicuos, crucificándole;

24. Al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible ser detenido de ella.

25. Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí: Porque está á mi diestra, no seré conmovido.

26. Por lo cual mi corazón se alegró, y gozóse mi lengua; Y aun mi carne descansará en esperanza;

27. Que no dejarás mi alma en el infierno, Ni darás á tu Santo que vea corrupción.

28. Hicísteme notorios los caminos de la vida; Me henchirás de gozo con tu presencia.

29. Varones hermanos, se os puede libremente decir del patriarca David, que murió, y fué sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta del día de hoy.

30. Empero siendo profeta, y sabiendo que con juramento le había Dios jurado que del fruto de su lomo, cuanto á la carne, levantaría al Cristo que se sentaría sobre su trono;

31. Viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fué dejada en el infierno, ni su carne vió corrupción.

32. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

33. Así que, levantado por la diestra de Dios, y recibiendo del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

34. Porque David no subió á los cielos; empero él dice: Dijo el Señor á mi Señor: Siéntate á mi diestra,

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