38. Y los alguaciles volvieron á decir á los magistrados estas palabras: y tuvieron miedo, oído que eran Romanos.
39. Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que se saliesen de la ciudad.
40. Entonces salidos de la cárcel, entraron en casa de Lidia; y habiendo visto á los hermanos, los consolaron, y se salieron.