61. Y dió en cautividad su fortaleza, Y su gloria en mano del enemigo.
62. Entregó también su pueblo á cuchillo, Y airóse contra su heredad.
63. El fuego devoró sus mancebos, Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales.
64. Sus sacerdotes cayeron á cuchillo, Y sus viudas no lamentaron.
65. Entonces despertó el Señor á la manera del que ha dormido, Como un valiente que grita excitado del vino:
66. E hirió á sus enemigos en las partes posteriores: Dióles perpetua afrenta.
67. Y desechó el tabernáculo de José, Y no escogió la tribu de Ephraim.