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Salmos 18:32-50 Reina-Valera Antigua (RVES)

32. Dios es el que me ciñe de fuerza, E hizo perfecto mi camino;

33. Quien pone mis pies como pies de ciervas, E hízome estar sobre mis alturas;

34. Quien enseña mis manos para la batalla, Y será quebrado con mis brazos el arco de acero.

35. Dísteme asimismo el escudo de tu salud: Y tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha acrecentado.

36. Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y no titubearon mis rodillas.

37. Perseguido he mis enemigos, y alcancélos, Y no volví hasta acabarlos.

38. Helos herido, y no podrán levantarse: Cayeron debajo de mis pies.

39. Pues me ceñiste de fortaleza para la pelea; Has agobiado mis enemigos debajo de mí.

40. Y dísteme la cerviz de mis enemigos, Y destruí á los que me aborrecían.

41. Clamaron, y no hubo quien salvase: Aun á Jehová, mas no los oyó.

42. Y molílos como polvo delante del viento; Esparcílos como lodo de las calles.

43. Librásteme de contiendas de pueblo: Pusísteme por cabecera de gentes: Pueblo que yo no conocía, me sirvió.

44. Así que hubo oído, me obedeció; Los hijos de extraños me mintieron;

45. Los extraños flaquearon, Y tuvieron miedo desde sus encerramientos.

46. Viva Jehová, y sea bendita mi roca; Y ensalzado sea el Dios de mi salud:

47. El Dios que me da las venganzas, Y sujetó pueblos á mí.

48. Mi libertador de mis enemigos: Hicísteme también superior de mis adversarios; Librásteme de varón violento.

49. Por tanto yo te confesaré entre las gentes, oh Jehová, Y cantaré á tu nombre.

50. El cual engrandece las saludes de su rey, Y hace misericordia á su ungido, A David y á su simiente, para siempre.

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