6. Y mis días fueron más ligeros que la lanzadera del tejedor, Y fenecieron sin esperanza.
7. Acuérdate que mi vida es viento, Y que mis ojos no volverán á ver el bien.
8. Los ojos de los que me ven, no me verán más: Tus ojos sobre mí, y dejaré de ser.
9. La nube se consume, y se va: Así el que desciende al sepulcro no subirá;
10. No tornará más á su casa, Ni su lugar le conocerá más.
11. Por tanto yo no reprimiré mi boca; Hablaré en la angustia de mi espíritu, Y quejaréme con la amargura de mi alma.
12. ¿Soy yo la mar, ó ballena, Que me pongas guarda?
13. Cuando digo: Mi cama me consolará, Mi cama atenuará mis quejas;
14. Entonces me quebrantarás con sueños, Y me turbarás con visiones.
15. Y así mi alma tuvo por mejor el ahogamiento, Y quiso la muerte más que mis huesos.
16. Aburríme: no he de vivir yo para siempre; Déjáme, pues que mis días son vanidad.
17. ¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, Y que pongas sobre él tu corazón,