24. Miré los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruídos.
25. Miré, y no parecía hombre, y todas las aves del cielo se habían ido.
26. Miré, y he aquí el Carmelo desierto, y todas sus ciudades eran asoladas á la presencia de Jehová, á la presencia del furor de su ira.
27. Porque así dijo Jehová: Toda la tierra será asolada; mas no haré consumación.
28. Por esto se enlutará la tierra, y los cielos arriba se oscurecerán, porque hablé, pensé, y no me arrepentí, ni me tornaré de ello.