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San Mateo 27:36-48 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

36. Y sentados le guardaban allí.

37. Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ÉSTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.

38. Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda.

39. Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza,

40. y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.

41. De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían:

42. A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él.

43. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.

44. Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él.

45. Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.

46. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

47. Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste.

48. Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber.

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