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San Mateo 21:20-40 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

20. Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera?

21. Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho.

22. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.

23. Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?

24. Respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, y si me la contestáis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.

25. El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?

26. Y si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta.

27. Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.

28. Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña.

29. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.

30. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue.

31. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.

32. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

33. Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos.

34. Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos.

35. Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon.

36. Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera.

37. Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.

38. Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Éste es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad.

39. Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron.

40. Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?

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