43. Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos.
44. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle, y llevadle con seguridad.
45. Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó.
46. Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron.
47. Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja.
48. Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme?
49. Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras.
50. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
51. Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron;
52. mas él, dejando la sábana, huyó desnudo.
53. Trajeron, pues, a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron todos los principales sacerdotes y los ancianos y los escribas.
54. Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego.
55. Y los principales sacerdotes y todo el concilio buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; pero no lo hallaban.
56. Porque muchos decían falso testimonio contra él, mas sus testimonios no concordaban.
57. Entonces levantándose unos, dieron falso testimonio contra él, diciendo: